INDICE AVATAR 2017
1BEGIN BEING.
PRESENTE CONTINUO GONZALO TENA EN GALERÍA CAICOYA.OVIEDO.
Marzo 2017
SOIRÉE PEREC
2LA AUTÉNTICA
HISTORIA DE UN DELIRIO REAL Y PERECQUIANO:
LIDIA DE CADAQUES, PEREC, VILA-MATAS ,
PABLO MARTIN SÁNCHEZ Y RAMÓN ANDRÉS
3 25 ANIVERSARIO DE LA GALERÍA HORIZON DE
COLERA EN RAYON VERTE DE CERBÈRE
3 Octubre 2017
4VER LA
PALABRA exposición colectiva en la Galeria Horizon de Colera
2017 15 Julio
19:30
5DYEU - FERRAN GIMÉNEZ
2017 Agosto
6SCUCHAR LA
FORMA.TOCAR LA IMAGEN
Exposición colectiva
en la Galería Horizon de Colera.
Agosto 2017.
7“IN THIS WAY
AS MOVEMENT”. Bruegel vs Tena”
exposición de Gonzalo
Tena” LA TEXTUALIDAD EN LA PINTURA” 1971-2017”, comisario Oscar Alonso Molina,
Museo de Teruel. Teruel y Museo Salvador Victoria.
Octubre 2017
8 JUANA DE
AIZPURU
Noviembre 2017
Being .Gonzalo Tena en Galería Caicoya.Oviedo
2017 Marzo
Begin Being. Presente Continuo
Tropismos.
Jean Paul Sartre
, en 1939, se fijó en la obra de una joven escritora, era la primera de Natalie
Sarraute titulada “Tropismes”.La publicó en una época de preguerra y post
vanguardia que estaba dominada por
una escritura atrevida y experimental. Samuel Beckett, Gertrude Stein y
Sarraute ponían los
cimientos de un nuevo modo de entender
la literatura y la vida.
El tropismo es un
fenómeno biológico que afecta especialmente a las plantas, esta estrategia
desplegada por la naturaleza consiste en que una planta que por definición se
encuentra inmóvil en un territorio, sabe reaccionar de modo adecuado a sus
necesidades, ante un estímulo externo , detectando aquellos factores de
aceptación o rechazo que le permitan sobrevivir. Este fenómeno es apenas
perceptible y muy sutil, así, casi sin darnos cuenta, tímidamente, nuestro
“ficus benjamina” se dirige a la casa
del vecino asomándose tras la tapia, porque allí encuentra la luz
que nosotros no le damos o se retrae
cuando necesita sombra.
Soirée Perec
30 de Mayo 2017 22:00
Hoy esperaba con ilusión, condición cada vez más escasa de mi ánimo, un gran
encuentro
con George Perec en el Espai Brossa. He ido con tiempo, he visto a
Manzano en la Puerta, he saludado a Estela que sigue teniendo el arte en sus ojos, he paseado
por el Born esperando que dieran las 8h. Cuando ya era la hora convenida, me dirijo hacia el
teatro
pero una catenaria roja me impedía la entrada, la mía y la de un grupo de
indignados
asistentes, no nos dejaban pasar. Hemos reclamado la presencia de la
organización.
Ha bajado alguien en ascensor y nos ha dicho que era imposible, que
estaba
lleno y que no se podía entrar. Le he asegurado que eso era imposible que
estaba
seguro que a la manera Perecquiana, estaba convencido que el teatro estaba
vacío
y que los ponentes se dirigían a un público inexistente, que el teatro estaba
lleno
de vacío y como me empezaba a mirar con cara rara he optado por desistir
convertirme
en un espectador opcional y no realizado.
Muy
mal organizado, pero bueno, en el mundo oulipo siempre hay algo que
se
resiste
a ser organizado, a mi “plim” porque en realidad quería hablar con Pablo
Martin
Sánchez para explicarle una auténtica historia Perecquiana que le afecta
directamente.
Ya lo haré. ¿o no?
SI HE AQUÍ.....
LA AUTÉNTICA HISTORÍA DE UN DELIRIO REAL Y PERECQUIANO:
PROTAGONISTAS : LIDIA DE CADAQUES, PEREC, VILA-MATAS , PABLO MARTIN SÁNCHEZ Y RAMÓN ANDRÉS.
30 de Mayo 2017 12:00
Quiero decir a manera de prólogo lo que me sucedió hace ya algún tiempo. Los cambios en la casa, una nueva habitación y la pintura de las paredes me obligaban a un incesante trasiego de libros. Los de aquí para allá, los de allá no sabía donde ponerlos. Las novelas juntas, por orden alfabético o por el momento en el que las leí. De repente: el caos se impuso a mi deseo clasificador y una estantería repleta de novelas cayó y dio de bruces en el suelo, un sonido estremecedor y el trabajo de tantos escritores ilustres entremezclados formando un pequeño montículo de letra impresa, apareció la forma de una pira destinada a la hoguera. Fue un momento sublime en el que todas esas novelas que mantenían su merecida dignidad en mi librería, me parecieron restos, cadáveres exquisitos de mentes exquisitas, unas páginas habían entrado en otras, algunos lomos estaban rotos. Los recogí haciendo nuevos grupos, era ya muy tarde y no los volví a ordenar, los reuní sin ningún criterio y así un nuevo orden se había creado, sin mi intervención.
Estaba cansado de
tanto trasiego, era tarde y fue cuando surgió una idea que quise poner en
limpio de inmediato a pesar de la fatiga. Y así lo hice. Imaginé a Lidia de
Cadaqués, la hija de la bruja Sabana, sentada sobre la montaña, mezclada entre
esos grandes monumentos de la literatura, era algo parecido a la quema de
María, el ser robótico de Metrópolis o a la Juana de Arco de Dreyer o a las
brujas ardiendo de "Dies Irae".Se cuenta que Lidia era capaz de leer
dos libros que no tenían nada en común el uno con el otro y que en esa lectura
ella encontraba el hilo conductor del sentido. Eso divertía mucho a Salvador
Dalí y a sus amigos en PortLligat , hacia 1929 cuando el pintor decidió
instalarse en la costa, fue ella quien le vendió la casa de pescadores en la
que habitó la genialidad de los esposos durante tanto tiempo. Dalí ya conocía
esa facultad extremada por el delirio interpretativo de la hija de la bruja. De
hecho su poder y esa facultad en la
lectura, ya se convirtió en un problema
para otro"xenius", el propio Eugeni D´Ors que recibía cartas de Lidia como respuesta a los
artículos que este escribía en "La veu de Catalunya", ella se creía
la destinataria de las reflexiones del escritor y le contestaba, como en una
relación muy personal, se habían conocido en 1904.
Lidia llevo a su
apogeo el juego surrealista por excelencia, el divertimento que mejor
representa la esencia caótica de la vanguardia. Me refiero a "Le Cadávre
esquís".Como ya todo el mundo sabe consiste en establecer vínculos
inexistentes entre palabras o dibujos, tal como Lidia lo hacía con los libros.
Las relaciones furtivas con el delirio le permitían emparentar como enemigos
obvios a las cabras y los anarquistas. En un delirio similar en este libro se
ejecuta la voluntad del azar. El desorden libresco de un accidente fortuito
crea un sentido nuevo. El delirio se le ofrece al lector sumando las páginas
que el accidente ha creado. Los libros adivinatorios, tiene gran tradición en
la literatura universal, con el mismo poder de los naipes, en la literatura
española eran llamados: "Libros de
Suertes".
He tomado la primera página del primer libro recogido entre el caos, la segunda del segundo libro, la tercera del tercer libro y así hasta un total de doscientas páginas que han creado una sola novela realizada con los fragmentos rescatados de tamaño desorden. El sentido se lo pondrá el lector y esta vez ,el escritor inexistente, el autor no podrá ni confirmar, ni negar ninguna de estas interpretaciones porque estarán más allá de su voluntad, todas serán ciertas, todas serán falsas y es más, entre ellos puede haber querellas a muerte y distancias insalvables que el azar ha puesto como un unitario "opus coniunctum" en el mismo texto. Lo que es indudable es que no quedará ninguna resquemor sobre la calidad literaria, porque los autores que se encuentras detrás de cada página tienen un merecido lugar en la historia de la literatura.
Desde el punto del
imaginario autor de este libro debo decir en primer lugar la extraña sensación que me produce
mecanografiar los textos de autores tan dignos, es como repetir la acción
física y un poco mental que cada uno de ellos llevó a cabo en tiempos y
geografías muy diversas. Al repetir sus palabras me convierto un poco en todos
ellos. También quiero constatar que al ir escribiendo, página tras página, lo
que el azar ha querido dictarme, tengo una clara sensación de estar creando
algo nuevo, pues no se como irá desarrollándose este ejercicio literario y por
lo tanto espero, con la ilusión de un autor, lo que pueda llegar a escribir y
también el final de una extraña novela.
TUYO ES EL CAER.-
Una de las razones por las
que no escribo es porque cuando creo que estoy caminando hacia la pura
originalidad creativa, que estoy entrando en un poderoso imaginario personal y
desconocido: la realidad me supera u otro ya lo ha escrito. Este hecho me ha convertido en un ser poco
productivo, más bien diría que como ya saben mis amigos, prefiero observar con atención la rareza de la vida.
En conversación digo a
menudo que “Todo es muy Raro”, de hecho mi primer blog en la Red tenía ese
título lo acompañaba un pseudónimo y un fotograma de la película: "Los
5.000 dedos del Dr. T"
Cuando pienso cuando y como me hice raro,
debo hacer una regresión a mi infancia, allí se cuece todo lo que ha de venir.
En mi memoria tengo el recuerdo de una espantosa película musical dirigida al
público infantil que como sucede con todos los cuentos, marcan la “H” del
horror en la conciencia de todos los niños. Parece ser que para crecer hay que
pasar miedo. En mi caso el susto me lo dio una película que recuerdo vagamente,
pero que aun me produce temblor interno. Fue “Los 5.000 dedos del Dr. T.”, la
ví en un cine familiar cuando tenía ocho años y siempre la he recordado con
inquietante terror.
Juzguen ustedes mismos: el doctor
Terwilliker que es un terrorífico
profesor de piano tiene atemorizado a uno de sus alumnos, este preso del
cansancio cae dormido y entonces vive un sueño en el que el malvado profesor
se convierte en el Doctor T, este quiere
encerrarlo de por vida a tocar el piano
y casarse con su madre si no lo impide un buen amigo fontanero.
En los trailers que he podido ver en
youtube he vuelto a reconocer como si fuera un espejo de mi memoria, algunas de
las imágenes que marcaron mi infancia y mis terrores nocturnos: los escenarios,
el gran piano de cola interminable , las
sombras, el gorrito del niño con una mano con sus cinco deditos en la cabeza,
los hermanos siameses patinadores que estaban unidos por la barba, las puertas
con vida, los 5000 dedos ejecutando música y mi mamá asediada por un villano.
Después supe que ese maléfico doctor T es
la criatura de otro doctor, el doctor Seuss que es un escritor de cuentos y
caricaturista norteamericano; ambos son los principales culpables de mi
transformación y curiosidad hacia la rareza. De hecho cuando estoy en las
reuniones más formales no dejo de pensar que la gente se da cuenta de que, en
la cabeza, llevo un ridículo gorrito del que sale una mano por la parte de
arriba y que el serio ejecutivo con el que hablo lleva un ridículo traje y
quiere obligarme a tocar un piano infinito mientras dice cosas que no comprendo.
Este Blog exploraba la rareza de la vida en
sus diversos aspectos y en él, quería
destacar aquellas cosas que no entendía de la vida. Nada más y nada menos. Pero
cuando alguien considera que “todo es muy raro”, lo más fácil y lógico es
pensar que el raro es él. Que las cosas son como deben ser, como siempre han
sido y que eso no debería extrañar a nadie. Aquel que se extraña ante lo que
sucede no puede ser una persona normal, tranquila, serena, sino un pesimista
que vive con la incomodidad del que no entiende nada. Al contrario, los que
conocen la auténtica naturaleza de las cosas, saben lo que la vida es. Los
sabios conocen el mundo sin salir de su casa, no se extrañan de nada, quieren
transmitir ese don, ser una guía para los perplejos para los que estamos presos
de desorientación y de dudas. Para los sabios: nada es raro. Simplemente TODO
ES.
Llevaba varios día
encerrado en mi estudio trabajando a fondo, cosa inusual en mí, pues tenía
alguna posibilidad de publicar a través de mi amigo crítico Gerardo Cuevas mi
Novela Exquisita de la que ya a quedado claro que esperaba que fuera un
auténtico revulsivo literario, una ruptura, una novedad total e inaugurar de
este modo, un nuevo concepto de meta-narrativa de crecimiento exponencial en el
que la voz del azar se oiría con la intensidad de un susurro grave y constante.
Había salido a pasear un rato por el Paseo de Gracia. Solecito y buena temperatura no presagiaban la tormenta intelectual que se avecinaba. Los que escriben, saben que una de las locuras de narrar es que queremos gritar al lector que aquello que está leyendo es REAL. Que todo lo que escribimos, aunque parezca delirante no es más que la constatación de las rarezas de vivir observadas por un ojo perplejo. Que no es que el escritor convierta en verdadero aquello que se le ocurre y escribe, sino que la verdad a secas, es verdad de la buena. Realidad más ficción es una suma prescindible, no, nos hace falta porque la realidad parece una ficción.
Vi en el escaparate un
libro de Ramón Andrés, amigo y vecino con el que comparto reparto en una película
de José Luis Guerin que no se ha estrenado y de la que no quiero hablar.
Ramón Andrés aparecía en
mi vida, a menudo, como un guía ante el desconcierto. Su aplomo, seguridad,
erudición y modestia eran un faro auténtico para el comportamiento humano.
En poco tiempo, en esos días, asistí a una
lectura de su Poesía Reunida en una fábrica decorada con la elegancia de la
ruina y convertida en palacio de la
cultura en el Pueblo Nuevo; unos días más tarde, lo escuché en una conferencia
en el CCCB sobre el suicidio, a propósito de su obra “Semper Dolens”, un
tratado completo sobre esa tendencia humana a acabar con la propia existencia y
en la que R.A quiso demostrar, ante un público de especialistas terapeutas, que
el dolor del candidato es el resultado de un
profundo desencanto, más que una patología mental.
Poseedor de todos sus
libros, tuve la necesidad imperiosa de entrar y comprar el que me faltaba:
“Pensar y No caer” un ensayo sobre cosas menores elevadas a la categoría de
reflexión profunda. De hecho, me gusta el título porque en una sencilla frase
se conjugan dos verbos muy diferentes , dos acciones distintas , el primero,
alude a la abstracción inmaterial de la
mente y el segundo, caer :es pura ley física e
inmediata.
Francesc Pujols pasó a la
historia del pensamiento por decir: Cuan cau, cau. (Cuando cae, cae.)
Los libros a la vista me
agobian y al entrar en ese gran almacén había tantos que recordé mi promesa de
empezar a desprenderme de numerosos volúmenes de mi biblioteca, dejarla en lo
sustancial. Estoy en una edad en el que los libros ya no son instrumentos de
lucimiento intelectual o académico o un modo epocal de conocer el mundo. Tan
solo se necesitan los que a lo largo de nuestra vida hayan desprendido algun
destello de luz, un indicio de verdad.
Pregunté directamente por el título, ni siquiera me moví de la caja y me lo trajeron inmediatamente, sin hojearlo, lo pagué y lo guarde directamente en el bolsillo de la gabardina que había heredado de mi padre. El que conozca esa prenda sabrá de lo moldeable que son los bolsillos y lo mucho que se puede guardar en ellos.
Al llegar a casa, me senté
junto a la ventana, miré de reojo hacia la calle y lo abrí con avidez. Fui
directamente al grano, sin mirar índices, ni contenidos y empecé a leer. Tras
una entradilla breve y en cursiva en la que un bebé habla de las sensaciones
que tiene en el seno materno unas horas antes de nacer, abordo el primer
capítulo, se llama: “Medianoche”. El
autor plantea un tiempo dividido en varias horas del día que a su vez se
corresponden con diversas voces: 00: 00 Clara Molina Santos, 00:38 Gerardo
Fernández Zoilo, 01:19 Solitario VI, 01:55 Carlota Felip Bigorra, 02:42 José
María Raich y Ros de Olano. De momento,cinco personajes presentados siguiendo
una cronología entre las 00:00 horas y las 02:42 de la madrugada, hora en la
que se detiene la narración.
Al principio, aparece Clara, una adolescente insomne que da de comer a las hormigas y que se adormece imaginando un baño sensual cubierta por el vapor del agua de su bañera. El segundo personaje es Gerardo que aguanta las batallitas de un represaliado chileno insoportable, mientras que él está intentando pasar la noche junto a su joven alumna, atrevida y divertida . Solitario VI, un galgo de Canódromo recordando su perra vida, Carlota una chica progre y mala que le gusta pegar mientras folla, la escena es muy caliente, y me cuesta imaginar a Ramón hablando de pollas, corridas y arañazos, pero sigo hacia delante. Aunque un poco perplejo, llego así al siguiente personaje, el de apellidos largos que por abreviar llamaré solo por su nombre José María. Se encuentra en Roma a esa hora de la madrugada, 02:42 , llega a su hotel con una puta rubia y joven. Aquí, mi “mosqueo” va en aumento. Reconozco que algo escalfado por la escena anterior me dispongo a leer con que me va a sorprender Ramón, esta vez. Eleonora tiene cara de vestal, ojos rasgados y grises, bajo la falda de cuero asoman unas bragas fosforescentes. José María le pide que cante algo mientras se desnuda, se quita los botines y salta sobre la cama, saca del bolso un consolador y se lo acerca a la boca a modo de micrófono: y empieza a cantar “la bambola”: “Tu mi fai girar, tu mi fai girar, come fossi una bambola. Poi mi butti giù, poi mi butti gìu……Non ti accorgi quando piango, quando sono triste e stanca, tu pensi solo per te…
Con la mano libre se
desabrocha la torera de terciopelo, dejando al descubierto un sostén del mismo
color que los panties, bajo el cual se agitan dos pechitos trémulos.
Yo también me encuentro de Subito: Agitato Molto Agitato. La tórrida secuencia que puede satisfacer al más exigente y frío de los mortales, no tiene parangón con la emoción que me produce leer esto, creyendo que está escrito por la mano de Ramón Andrés. No salgo de mi estupor.
Quiero aclarar que mi conmoción no se debe a que no pueda imaginar al buen escritor y poeta en hazañas similares, si no, por un tema de coherencia estilística, estética, ¿moral? o algo así. Me he acostumbrado como sujeto posmoderno a que todo es posible, pero lo que leía y que supuestamente había escrito R.A: era un claro desafío a mi eclecticismo nihilista incapaz hasta el momento de sorprenderse de nada.
Los soliloquios de los cinco personajes, incluido el galgo corredor utilizaban una lengua fácil, muy ágil, en ocasiones vulgar, lleno de pequeñas anécdotas y breves recuerdos me empezaban a inquietarme, tenía la rara sensación que detrás de todo eso solo podía haber un impostor. La escritura era perfecta, rápida y se acercaba más a una estructura innovadora propia de Sterne o de Perec que al discurso que había leído en otros libros de Ramón Andrés. Él , el verdadero, era más de citaciones cultas, temas escogidos, siempre de gran dimensión: el silencio, el retiro, la contemplación , la muerte pero también la música, lo próximo y cotidiano.
En ese estado de
desconcierto, paso página y leo el título del capítulo siguiente: “El Cuerpo”,
deduzco que ahora viene la traca final, el apogeo orgásmico, las escenas más
crudas. Pero NO, la calma vuelve a mi, la coherencia del sentido correcto de
las cosas recobra las riendas desbocadas del delirio y se deposita como la
lengua del Espiritu Santo suavemente sobre mi cabeza. La serenidad se impone y
escucho otra “voz” de autor que pausadamente, como suele hablar Ramón Andrés,
dice: “En los versos que no pueden escapar de la prosa, se pregunta quién es,
quién fue aquel Matías el Pintor, cual el aire de su rostro, el gesto de ese
Grünewald ingeniero, diestro en artificios hidráulicos. Se dice que su imagen
aparece transmutada en el ermitaño san Pablo, que forma parte d el retablo, y
cuyas facciones avejentó como debía de estarlo por entonces su espíritu; no más
de cuarenta o cuarenta y seis años. Se conjetura también que se trata del
personaje que vive en El escarnio de Cristo conservado en Múnich. El dibujo de la biblioteca de
Erlangen, que refleja……” siempre la misma
bondad, la misma carga de aflicción, la misma irregularidad en los ojos,
velados y hundidos lateralmente en la soledad”…..es el semblante de un
pintor del cual se dice que, en acostumbrados y largos tiempos de tristeza, se
vendaba los ojos para recluirse.
No me podía quedar ahí y sigo leyendo, convulsivamente, caen las páginas unas sobre otras: del Cuerpo paso a la Exclusión, de esta a Animal /Humano las ilustraciones de Giovan Battista Della Porta o de Charles Lebrun no me sorprenden, después de haber leído las reflexiones humanizantes de un galgo de Canódromo, seguramente el de la Meridiana de Barcelona nada me espanta. Luego viene Europa, de Músculos y Quimeras, la Escritura, la Tierra, la Calumnia y por último: la Muerte. Continuo leyendo: “para explicar el presente, la paradójica necesidad de retroceder en la cronología, de embarcarse en la nave de los locos que es la más solitaria. Precisaba viajar a la música de Dufay y después tomar unos derroteros todavía más pretéritos, llegar a los “Alter Meister”………Subito: Agitato Molto. A veces lo que llamamos moderno es simplemente mutar la forma de aquello que la memoria ha fijado como ideal o verdadero, formular que todo número puede ser áureo, por más que la estructura nos resulte irreconocible y parezca rota. Cuando se piensa en ciertos cuadros de Jackson Pollock……llenos de filamentos, puntos, espirales, elipses, líneas truncadas, manchas y espacios distorsionados…..esta idea fractal de las formas que surgen de la tierra que ignoramos, abiertos a esta dimensión que se intuye y que, de manera ilusoria, quiere situarse fuera de la realidad, cuando, en el fondo, es su núcleo.
No es extraño que tomara
buena nota de las propuestas de Benoit Mandelbrot y su géométrie fractale, porque ésta tiene en cuenta, para el cómputo
final del cálculo, la rugosidad de la materia, las irregularidades, las fisuras y fracturas de las superficies y los
cuerpos.
La sensación caleidoscópica y fractálica no podía reflejar mejor las impresiones que hasta ese momento tenía con esta lectura, asistia a una ceremonia fragmetada, rugosa, irregular pero que a la vez formaba parte de una unidad nuclear de sentido.
Ya hacia el final del libro, estoy en la página 192 de 217, me he acostumbrado al lenguaje pleno, pausado, con la retórica suficiente sin más, sin menos. Las citas cultas me hacen sentir persona. Aun y que de vez en cuando recelo y recuerdo la experiencia vibrante del inicio, con bragas fosforescentes, consoladores y corridas que pueden surgir en cualquier momento.
A pesar de estar preparado
para la fractura, con naturalidad, paso la página y reconozco que vuelve el
sobresalto cuando leo lo siguiente: “Esto es tanto como reconocer que la había
comprado. Pero me puso varios ejemplos: la gente supersticiosa no pasa por
debajo de una escalera; la gente supersticiosa cambia de acera cuando ve un
gato negro; la gente supersticiosa odia el número trece y adora los tréboles de
cuatro hojas……..
Nuevamente, Clara, la
adolescente del baño de vapor que buscaba el calor entre las piernas, quiere
saber lo que significa ser supersticioso. Esta vez esta ocupada protegiendo en la azotea de su
casa a Solitario VI, el perro que piensa
y habla.
La acción ha avanzado muchas páginas desde donde la dejé en la tórrida entrada al libro y el señor de extensos apellidos: José María Raich y Ros de Olano, vamos ,el de la bambola italiana y rubia,resulta que es vecino de Clara, la adolescente. Él también tiene un perro que pasear. Gerardo quiere hablar con Carlota que a su vez también vive en ese edificio y en el que sospecha que se produce algún tráfico de bebés. Gerardo lleva una pistola y encañona a José María. Carlota se pregunta: ¿qué hace? , ¿es policía?, ¿es ladrón? ¿es un terrorista? ¿un violador? La última voz es la del perro que sueña.
Finalmente, y lo agradezco tras tanta emoción entrecruzada que hacía palpitar excesivamente mi corazón, el libro acaba y lo hace en cursivas: es la voz del bebé del principio, aquel que no encontraba el momento para nacer que pone punto final al libro. Piensa que durante ese largo día, en el mundo, han sucedido muchas cosas….y que todavía faltan muchos años para que alguien cuente su historia. El nuevo día ya ha empezado. Tuyo es el mañana.Ese es el título de la novela que acaba y augura un tiempo que ha de venir.
Pero ¿qué me habia pasado?
Es evidente que se había hecho real la verdad de mi proyecto literario: un
libro ha penetrado en otro, lo ha violado, lo ha rasgado y aun así se mantiene
un hilo de sentido.
La realidad, ha vuelto a aparecer ha vuelto a imponerse a la literatura. En el primer caso un accidente doméstico con la estantería hizo que mis libros caídos de la biblioteca, entraran los unos en los otros , y de esa copulación masiva pudiera salir una buena obra literaria escrita sobre las páginas escogidas por el azar de gigantes de la nowela.
Pero: ¿qué había sucedido
en esta segunda ocasión? Pues que se había producido un grave error de
manipulación editorial y al encuadernar el libro se han mezclado los
cuadernillos. El editor no se ha percatado y lo ha puesto en circulación, un
defecto, un error ha creado literatura
“Tuyo es el mañana” es el título del libro de
Pablo Martin Sánchez que ha copulado fértilmente con “Pensar y No Caer” de
Ramón Andrés y ha convertido mi sueño literario en una edición publicada. Mi
ilusión por innovar se ha visto truncada nuevamente y mi fama literaria se
aleja.
Pasada la fuerte impresión del fin de semana, guarde con cuidado mi precioso engendro de libro raro que cuido como si fuera la voz de un oráculo. El Lunes, a primera hora, fui rápidamente a comprar los dos ejemplares correctos, enteros , únicos que como seres univitelinos yo debía separar con el bisturí de mi razón intelectual. ¿cómo era posible? Un engendro literario tan apasionante. ¿Cómo había sucedido todo? Compré el de R.A, compré el de P.M.S; por fin mi comprensión lectora reestablecía los parámetros de normalidad. Corría el riesgo, de que al separarlos, ni uno ni otro sobrevivieran a mi lectura. No fue así. Los libros como gemelos compartían tres extremidades inferiores y dos superiores. Pero finalmente los podía leer por separado.
La vida de mis dos autores
estaba garantizada, pero la pregunta no había sido contestada. ¿Qué extraño designio encerraba ese hallazgo,
que podía hacer con esa, digamos, casualidad?
¿Debía seguir con mi
Nowela Exquisita?, ¿debía abandonar y rendirme al fracaso?. La respuesta estaba
en el título del libro de Pablo Martín “Tuyo es el Mañana”, volví a entender el
título como una señal, como un impulso hacia delante, debía seguir fundando,
creyendo en la construcción fractálica de una nueva narratividad. Mientras decidía mi camino hacia la gloria
literaria, vi que asomaba entre las páginas de “Tuyo…” la fajita publicitaria
del libro que había guardado entre las páginas sin leerla. Decía: “Si tuviera ahora que nacer, estaría tan
atemorizado que me negaría. No solo el mundo en general es extraño, sino
también nuestro mundo más íntimo, allí donde se habla la lengua del terror.
Este libro de Pablo Martín Sánchez no solo es buenísimo por su maestría en el
estilo, sino por su estructura tan inteligente como perfecta. Un extraordinario
sucesor de Sterne y de Perec.” Enrique
Vila- Matas.
Lo que me faltaba. Supuse que tras ese entusiasmo en la presentación, mi ejemplar de libro Siamés no era otra cosa que un nuevo ingenio del escritor de escritores, un nuevo artilugio literario de mi primo Enrique al que tanto admiro desde siempre. Lo admiro por muchas intuiciones y sobre todo cuando quise ser él, desde que supe que era capaz de marchar a Paris con Marisa Paredes, la mujer a la que todos los jóvenes de mi generación deseábamos abrazar. Siempre lo he presentido como una sombra positiva y en ocasiones intelectualmente cómplice y conspiradora.
Enrique disfruta de todas aquellos prodigios que le suceden muy a a menudo. Nunca me ha defraudado, ni en la vida, ni en la literatura. Pero no me extraña, pues a mi también me pasa como ha quedado ampliamente demostrado. Soy capaz de leer cualquier cosa y creerla.
De hecho durante mucho tiempo he pensado que nuestra comunión es de tal naturaleza que no hace falta que yo escriba nada, que él ya escribe por mi que soy un autor telepático, que él pone la mano y yo pongo todo lo demás. Por ello, puedo decir, sin ruborizarme y con la familiaridad que me otorga el parentesco que “Yo soy Vila-Matas”.
Debo aclarar que la familiaridad como primo me la atribuyo libremente, tal como hace mi madre con una amiga de toda la vida que vive en La Garriga y que se llama Rosa María Mata y su marido Ramón Vila. Mi madre tenía tanto afecto y tantas afinidades con ella que en un momento de su vida decidió que eran primas y así han seguido siempre. Eso no solo pasa con mi madre. Sobre parentescos, debo decir que mi padre, ya fallecido, vivía con mis abuelos en la casa familiar de la Plaza Letamendi, en Barcelona. Justo en ese lugar es donde empieza la novela “El Viaje Vertical” de mi primo Enrique.
Mi padre de fuerte
carácter, tenía un gran parecido físico con Antoni Tápies, de jóven aun más y
en edad madura, en numerosas ocasiones, los taxistas , curiosos por naturaleza,
le preguntaban si acaso él no era un artista conocido, que su cara le sonaba.
De hecho, salieron juntos en un programa cultural en BTV por una circunstancia
que explicaré en otra ocasión. La semejanza era tal, que yo, desde siempre,
entre amigos y de un modo simpático llamaba a Tápies, “el Tiet”. Dos T´S en tan
poco espacio. Creo, para acabar de rematar, que la familia Tápies vivía en la
calle Aragón muy cerca de la Plaza Letamendi entre Balmes y Rambla de Cataluña.
Por si fuera poco, sé, bajo secreto familiar que mi abuelo Pepe, como todo
vecino burgués del Ensanche de principios del Siglo XX que se preciara, era
casto y lujurioso.
No obstante, ¿todo eso resuelve mi problema?, ¿dejo que él siga escribiendo lo mío? ¿Sigo con mi proyecto de Nowela Exquisita? ¿me voy a nadar?
Recuerdo que Enrique, cuando le preguntan sobre su afán de incluir otros autores en su obra contesta: ”¿ qué problema hay en la meta-literatura en el país del Quijote? Un libro sobre otros libros.
La diferencia es que yo no
he escogido este ejercicio intelectual, sino que ha sido el azar de la caída
inesperada de los libros de mi una
biblioteca y el encuentro de una aberración editorial los que han guíado mis
pasos. En su caso la voluntad es algo mayor aunque no absoluta. Enrique es un
lector modificante que confía tanto en la repetición de las palabras que otros
han pronunciado bien, como en la inspiración espontánea propia del creador
auténtico.
¡Son tantos los vínculos!
Para encontrar razón en todo esto, pienso que no es tanto el parentesco, ni una
comunión mental de escritura telepática como una coincidencia generacional. El
gusto ecléctico, el descaro en la citación, el apropiacionismo, el cruce de
géneros y medios creativos, el manejo de las contradicciones…yo suelo utilizar
una frase de Montaigne que dice algo así como: ” en mi se encuentran por orden
todas las contradicciones…”, superar la dualidad electiva entre ser y no ser,
el anhelo de encontrar los efectos transformativos y la diversión en la
literatura y una fuerte dosis de ironía pueden ser las claves de nuestra
concordia.
No obstante, hay datos
objetivos que no obedecen a tendencias, ni gustos: Walter es el nombre de una de mis novelas,
otra es que en un seminario de 1978,
cuando Enrique empezaba su carrera yo realicé en Eina un seminario con el
título de Repetición Clásica y Diferéncia Romántica, me consta que la
dialéctica entre Repetición e Inspiración forma parte de su cultivo
intelectual. Un libro de artículos que publique hace cinco años se llama “Entre
la Inspiración y el Proyecto”, entendido el proyecto como un proceso de
repetición y razón. Pero sobre todo y lo escribo de un modo poco desarrollado,
nos une el considerar nuestra literatura como un todo entre partes. También la
bibliomancia que consiste en abrir libros por páginas al azar y quedarnos con
frases que guían nuestro destino. Así también consulto los libros oraculares de
Oriente.
Y desde luego, una
preocupación constante sobre el “hacer”. Cuando publicó Bartleby y Compañía escribí un texto enrabiado contra él por no haber
respetado mi secreto de ocultación improductiva como demuestran mis “Novelas
jamás escritas” y otras afinidades que
detallaré de su última obra “Mac y su Contratiempo.
Y para colmo los dos
estuvimos en el paraninfo de la Universidad de Barcelona y fuimos bendecidos
por la presencia del gran maestro de la Orden de la fabulación: JLB
Que gran diferencia entre “tener que decir
algo” de nuestra relación a ¡poder decir! Tener que decir lo saben hacer los
críticos literarios, sus numerosos seguidores que intentan escribir como él y
que lo conocen por sus entrevistas cada vez más prolíficas, que saben de sus
recursos de ocultación, de la citación, de la meta-literatura, en definitiva
VilaMatismo ilustrado…pero…yo, ¿qué puedo decir? Es muy diferente. No puedo
decir Nada, porqué él soy yo, y yo, aun no me conozco, y tal como dijo Enrique
a modo de epitafio sentencia en su discurso leído en la Biblioteca Nacional:
“Vive y averigua quien eres”.
Este suceso me ha convencido que el auténtico método de trabajo, es más el resultado del azar que de la voluntad. Cuando escribo, pienso en hacer lo mismo con mis folios, lanzarlas al aire y que el azar construyera un orden nuevo.
25 aniversario de la Galería Horizon de Colera en Rayon Verte de Cerbere
2017 3 Octubre
"Ver la palabra" exposición colectiva en la Galeria Horizon de Colera
2017 15 Julio 19:30
Con motivo de esta celebración han preparado dos exposiciones colectivas con este nombre genérico de “LINKS”. El criterio
de selección ha sido difícil ante los numerosos artistas que han pasado por
la galería, pero finalmente las circunstancias ayudan a tomar decisiones:
disponibilidad, espacio, diversidad han sido argumentos para acabar creando dos
muestras que pongan en valor esos vínculos que los artistas han establecido con
Horizon.
La relación entre pintura y palabra es muy fructífera. Los límites entre el texto y la pintura, entre ver y nombrar ha definido gran parte del arte contemporáneo. La acción de una pincelada se detiene en un instante, la duración es veloz. Cuando hablamos o escribimos aparece una secuencia. Dos tiempos una sola creación.
En Occidente a
través de las artes
de la mirada establecemos unos límites muy claros entre ver o escribir. En la
tradición de Oriente los pictogramas o
ideogramas son palabras pintadas. Cuando en la teoría oriental del
paisaje se dice que en una pintura todos los elementos establecen la misma
correspondencia entre ellos, se refiere a esas vibraciones, a esas relaciones
entre texto, imagen y cosa.
En esta
exposición ver y nombrar se van combinando en un anhelo de crear percepciones más que ideas
razonadas, de sugerir más que de decir.
Podemos interpretar un círculo, una línea temblorosa con el mismo poder
de sugerencia que tienen la palabra círculo, la palabra línea o temblor.
Aquí se pretende que el visitante complete la
experiencia estética, no se dice una sola cosa y rotunda, sino que el que mira pone lo
que falta, rellena el vacío con su interpretación libre. Las pinturas abstractas dicen y callan,
esperando la presencia del paseante. Solo así, cabe hablar de auténtica empatía. Correspondencias y resonancias son los auténticos
conceptos que aparecen sobre las vibraciones de las obras. De ahí que una caligrafía china o japonesa pueda
emocionarnos sin saber nada de su significado. Si eso sucede con un texto, aún más con una
pintura abstracta en la que adivinamos un lenguaje cerrado pero lleno de emoción.
2017 Agosto
Los artistas abstractos quieren
vaciar de significado sus signos, sus rastros, sus manchas, dan a entender que
la obra se representa a sí misma, que no necesita condimentos literarios, ni
alusiones poéticas. Por eso, no suelen poner nombre a sus obras, acuden a la
numeración de las series o al socorrido “Sin Título”. Al contrario, Ferrán Giménez siempre pone a
su trabajo nombres sugerentes y complejos. En esta ocasión, el genérico que ha
escogido para esta exposición, abre una puerta de acceso a los signos ocultos
que se encuentran en esta serie de fotografías: DYEU.
Esta palabra antigua, según me
indica el mismo F.G, es anterior al lenguaje pre-indoeuropeo que formó la
mayoría de las lenguas conocidas. Su sentido se puede encontrar en la noción de
brillo, de luz y resplandor. La divinidad occidental se ha forjado en torno a
la presencia manifiesta de la luz, sea pagana como el solar Apolo o cristiana
como asegura la teología medieval según la cual “Dios es Luz”. La tradición
simbólica antigua es pertinaz y aparece en cualquier momento invocada por la
mano del artista contemporáneo.
Dyeu es una serie fotográfica de
Ferran Giménez que gira en torno a ese
brillo, a la luz, al rastro luminoso y al color. Pero Dyeu también se esconde
en el medio fotográfico que utiliza, ya que la
luz penetra a través de las lentes cristalinas de la cámara y acaba
materializada mediante millones de pixeles sobre la superficie de sus obras.
Por otro lado, no hay un texto
más leído y comentado por la crítica artística que “La obra de arte en la era
de la reproductibilidad técnica” de Walter Benjamin, pues, bien nunca me había
enfrentado tan directamente con este problema como en esta ocasión. Sé que
estas obras fotográficas son reproductibles al infinito y que así, la obra se
des-aurifica. mientras que la pintura se queda en la fuerza de una sola obra, a
veces de una pincelada única llena de energía.
La mirada de Ferran Giménez es
puramente pictórica, aunque se exprese ahora mediante la fotografía. Eso, no es
una teoría, sino que esa mirada especial y continuada es la misma que se encuentra en las telas sobre bastidor que conozco bien
y sigo desde hace mucho tiempo. Esta
circunstancia permite apreciar sus superficies lisas como si tuvieran la
tactibilidad de las texturas, de las veladuras o los colores propios del óleo.
Creo que mediante la
sacralización de la obra con el nombre simbólico de Dyeu y por medio de su
virtuosismo técnico, confirma que Ferran Giménez ha devuelto el aura a la obra
reproducible rompiendo la diferencia entre fotografía y pintura.
Escuchar la Forma. Tocar la Imagen. Exposición colectiva en la Galería Horizon de Colera.
12.08.-15.09
André Martus
En esta exposición de escultura y fotografía en la Galeria Horizon se han propuesto que el visitante ponga su oreja para escuchar las esculturas y que palpe las fotografías con los ojos como si fueran dedos.
El arte permite escuchar con el cuerpo, pensar
con el corazón, sentir con los pies. No debe extrañarnos,
es algo parecido a cuando usamos las metáforas: tus ojos son estrellas, tu piel es el
viento, eso no extraña a nadie y cuando lo hacemos nace el sentido
del arte. Ese intercambio de percepciones, supone un camino a lo universal al
sustituir los ojos por las estrellas, todo se pone en relación,
todo está en todo.
Los artistas saben colocar en la atmósfera
de su esfera personal sensaciones
cruzadas e hilos invisibles mediante la forma y la belleza. Cuando esto sucede,
el tiempo ya no es necesario, porque ellos ponen en relación
cosas que ya han pasado, con cosas de un futuro que desconocemos. Por eso es
tan importante el disfrute inmediato, repentino, inesperado, como la experiencia
recordada en tranquilidad. La contemplación estética es una palabra en desuso que conviene
reivindicar, la mirada silenciosa hace perdurables las sensaciones y pone la
conciencia en un estado elevado en el que es posible oír
colores, ver los sonidos de la escultura y percibir las sensaciones táctiles
de una fotografía.
La textualidad de la pintura” 1971-2017, exposición de Gonzalo Tena” comisario Oscar Alonso Molina, Museo de Teruel. Teruel y Museo Salvador Victoria
Octubre 2017
G.Tena
“In this way as movement. Bruegel vs Tena”
Gonzalo Tena lleva
a cabo, desde hace más de una década, una investigación rigurosa y constante
sobre Bruegel y su obra; especialmente sobre “La Torre de Babel” (1563) Se ha
dedicado con la misma obsesión que tenía el protagonista del cuento de Henri
James en “The Figure in the
Carpet”(1896), cuando buscaba el misterio, el secreto que se escondía entre los
hilos de una alfombra persa. No lo hace como un crítico o un catedrático, sino
con la misma pasión con la que crea su propia obra. También ha rastreado en otras pinturas del
mismo artista flamenco como “Camino al Calvario” (1564) “Baile de
Campesinos”(1568) o “ Banquete Nupcial”
(1568). En todos esos estudios hay
anotaciones, dibujos, superposiciones y colores, es difícil distinguir cuando
cesa el análisis de la investigación y empieza el “entheos” de toda creación
pura.
Todas las obras de
arte esconden algo. Este axioma de la crítica de la sospecha se niega a
reconocer que un cuadro tan solo se represente a sí mismo, y asegura que
siempre hay algo más. Gonzalo Tena,
según el mismo dice, ha encontrado las claves de Bruegel, los secretos ocultos
que se hallan en “La Torre de Babel”, a través de su mirada privilegiada de
pintor.
Fascinado por el
estudio y la especial metodología que Tena utiliza para interpretar la obra de
Bruegel ,he decido aplicar la misma estrategia hermenéutica que él, buscando
indicios, ocultaciones, demostrando
algún juego intelectual o
psico-simbólico; pero sobre todo he querido desafiarme a mí mismo,
relacionando la obra de Bruegel con la
de Gonzalo Tena . Ese desafío lo he realizado sobre su obra :” In this
way as movement” de 1999. Esta pintura
inicia el camino, la secuencia de combinatorias entre texto e imagen en torno a
la obra de Gertrude Stein, siguiendo la forma poética de las “stanzas” que se
definen por las estructuras de repetición y la utilización de versos libres a
la manera de frase, tan propios de la
escritora norteamericana.
Tiempo.Secuencia. Autor
En primer lugar,
observo una cuestión temporal. Cuando un pintor del siglo XXI revisa con pasión
a otro del S. XVI, nos está diciendo que el arte es capaz de mantener un hilo
invisible a lo largo del tiempo sin perder maneras, ni sentido. G. Tena,
considera a Bruegel como un pintor coetáneo y absolutamente actual.
También Bruegel
salta en el tiempo y va de la Torre de Babel a la Crucifixión de Cristo, del
Antiguo al Nuevo testamento, manteniendo en una y otra las mismas
características, tal y como demuestra Tena en su estudio. Este ir y venir entre
siglos, nos obliga a revisar la noción de historia, nos otorga licencia para
relativizar la importancia del tiempo y la secuencialidad, también cuestiona la
cronología que suele definir las antologías: las convierte en humo.
En la trayectoria
artística de G.T hay secuencialidad, hay continuidad, trabajo incesante, pero
también gusta de los intervalos y ausencias, ello le ha dado el prestigio de
aquel que es capaz de aparecer y desaparecer, pero manteniendo las constantes
vitales de su obra siempre viva.
Esto mismo sucede
con sus series secuenciales, un formato característico que se expresa en
conjuntos y que parecen indicar recorridos fijos, pero no: son de ida y vuelta.
En sus series se podría intercambiar el orden de las obras y las palabras, se
podrían marcar ritmos, pronunciaciones fuertes y débiles tal como hacia la
propia Gertrude Stein y no pasaría nada.
Uno de los grandes
temas de la creación es el de la íntima relación entre autor y obra. El
hermanamiento con otro artista, no se puede entender sin relativizar el papel
que la autoría tiene para Gonzalo Tena. Normalmente, ningún artista permite que
otro rivalice con él, que intervenga en su trabajo y nunca se despersonaliza.
El tema de la negación de la identidad está subyacente en toda la obra de
Gonzalo Tena y no le importa ir acompañado de Stein de Bruegel o de cualquier
otro compañero para transitar el camino de la forma. Esa renuncia a la manera,
la relativización del estilo, es el síntoma de una noble y decidida intención
de desaparecer. Así, como en este texto hermenéutico: el crítico se funde en el
artista.
Uno de los
momentos álgidos de la interpretación de Gonzalo Tena sobre la “Torre de Babel”
se produce cuando describe un recorrido que se inicia en la base de la torre.
Allí se ven unos ladrillos bien dispuestos, la mirada asciende a través de
puertas, caminos y recorridos creados por una escalera perfecta, de escalones
bien tallados, hasta llegar a un lugar en el que una figura rara, ligeramente
inclinada sobre una puerta está, como si mirara por el ojo de la cerradura o a
través de un aparato óptico, mira algo desde muy cerca. Tena interpreta que acaso sea el propio
Bruegel que ha creado un espacio cerrado, un lugar de trabajo y ahora, observa
con atención, se inclina y ve la obra que él mismo ha pintado y que el
espectador, a su vez, también mira. Un bucle perfecto, un gesto de modernidad.
La obra que
comento de Gonzalo Tena, como la de Bruegel, también está llena de líneas que marcan el espacio a
manera de escaleras y recorridos. Mi
paralelismo interpretativo ve en ellas
un camino que parece horizontal, pero que poco a poco se convierte en escalera.
Algo similar a los escalones detallados que llevan a la plataforma de Babel.
También me gusta imaginar que el recorrido que aquí se plantea, es una alegoría
del camino que estaba a punto de empezar Gonzalo Tena en 1999 de la mano de
Gertrude Stein y nos lo está mostrando. Un indicio de ese recorrido podría ser
la claridad de tono que domina el tríptico, incluso hay unas líneas blancas que
luego derivarán al característico fondo negro con trazos de color. Quiero
pensar que esa estructura es una especie de recorrido, que igual que en Babel,
el cuadro deviene una guía sugerente para el que mira y que nos conduce a su
esencia.
Esas líneas
rectangulares son estructuras propias de un pavimento urbano, cuando me lo dijo
pensé en la “Camino del Calvario” buscando alguna relación con el tríptico de
Gonzalo Tena. El mismo, en su estudio, asegura que en La Torre se ven los
ladrillos destinados a la construcción de Babel y que en su pintura” Camino”,
los ladrillos se han convertido en barro, se han diluido por efecto de una
tormenta. Ese mismo hecho lo observo en el cuadro de Tena, en el que las partes
cuadriculadas a modo de pavimento regular derivan a grumos deshechos y
desperdigados.
También, en ambos, hay entrecruzamientos. Gonzalo Tena
observa en el de la Crucifixión, la presencia de una minúscula araña tejiendo
su red y descubre que es la llamada: araña de la cruz. En una y en otra, en la
cruz de Bruegel y en el camino de Gonzalo, todo son entrecruzamientos. El
cuadro es una tela de araña destinada a atrapar al espectador.
Al revés
La ficha técnica
que obra en poder del museo, la describe como un tríptico realizado con técnica
de acrílico sobre lienzo: Altura = 100 cm; Longitud = 363 cm. Y que acompaña un
vinilo de color gris mate colocado a la pared bajo cada cuadro, coincidiendo
con cada unidad: 1º In / 2º this way / 3º as movement. La intención de orden
entre palabras e imagen parecen muy claras en este tríptico. Es decir que hay
un rigor y precisión indudables. La disposición puede, quizá deba, ser
aleatoria puesto que la frase parece obedecer a un orden lingüístico aparente,
pero no es así, nadie en inglés pronunciaría una frase de esta forma, de esta
manera. Por eso es difícil de traducir y mejor pensar que es un desafío a la
manera de G. Stein: this: este / way:
Camino, es Forma, es Manera y Sentido/ as movement: como movimiento.
El tríptico de
Tena es progresivo, de medidas variables que van de un cuadrado perfecto a otro
segundo de la misma altura, pero un poco más alargado en la base hasta llegar a
un rectángulo claro. Esta secuencia sutil, con espacios intermedios entre los
cuadros producen el efecto de un fotograma o la viñeta de un cómic detenido en
un instante eterno. Las tres piezas están colocadas en un orden poco habitual,
parece propio de un tríptico que la horizontal y mayor fuera en el centro y las
dos restantes a ambos lados, buscando cierta simetría. Así lo vemos en “El
jardín de las delicias” de El Bosco en la que las tablas laterales, al
cerrarse, cubren la central con una simetría perfecta. O bien, como en la obra
“Tres figuras al pie de una crucifixión “(1944) de Francis Bacon, que vemos
tres cuadros que mantienen el mismo formato con una ligera distancia entre
ellos.
Pero, cuando
creía que la vía interpretativa sobre el orden de los cuadros del tríptico era
la correcta, encontré la posibilidad de un orden diferente, un hallazgo muy
inquietante. Me refiero al comentario que Mario Miguel Camacho hace en un
artículo sobre tres pintores turolenses en el que dice sobre” In this way as
movement”: “es una obra de tres piezas y
una frase de Gertrude Stein que aparece
en el catálogo en un orden (supongamos 3,2,1). Actualmente permanece en el
fondo del Museo de Teruel con una disposición distinta a la que aparece en el
catálogo. Y es tan sorprendente como siempre. Como si una vez comenzado el
juego diseñado por Gonzalo Tena, todos los caminos llevasen a Roma.”
Gonzalo Tena, tal
como él mismo asegura de Bruegel, deja pocas cosas al azar. Combina la
intuición y el cálculo como si fuera un magistral ajedrecista. Es evidente que lo aleatorio se opone con
fuerza con el determinismo de la voluntad del artista y del rigor que es propio
de él. Pero, acaso, como hacía Bruegel en ocasiones, este “lapsus”
intencionado, ese desorden organizado: ¿no esconderá un guiño del autor hacia
su propio y reconocido rigor? O incluso, ¿no será una relativización de toda
exégesis interpretativa por parte de la crítica?
Como asegura
Gonzalo Tena en su estudio hay un Bruegel bromista, con sentido del humor que
incluso es capaz de caricaturizarse y aparecer en la obra con un gorro y con el
pelo que sirven para identificar al propio pintor, con un candado en la boca y
un bufón en la manga con el rostro escondido. En este aspecto, el lector tendrá
que confiar en el exégeta cuando asegura que Gonzalo Tena tiene un gran sentido
del humor, dado a juegos y paradojas que no se perciben directamente en sus
obras.
Soy consciente
del arriesgado juego de analogías que hasta aquí he realizado, pero debo hacer
una confesión final. Una última pirueta hermenéutica. Llevado por mi afán
interpretativo, abriendo la puerta al delirio y por fidelidad a la metodología
empleada por el artista, he dado la vuelta al cuadro, lo he girado numerosas
veces, para ver si conseguía una nueva vía de aproximación a la obra. Buscaba
el mismo efecto que explica Gonzalo Tena en “Camino al calvario” a propósito de
la escena de la conversión de San Pablo que iba camino de Damasco. Dice que
observó personas y otros indicios que se encontraban boca abajo y que en
consecuencia decidió dar un vuelco, un giro, lo giró todo.
Así, en su fina
observación de pintor, ve que hay un cuadro cuadrado dentro del otro y que, al
darle la vuelta, aparece un nuevo paisaje. Ese fragmento, ese paisaje doble no
tenía antecedentes hasta entonces en el arte conocido y asegura que es una nueva
constatación de modernidad. Tena asegura que esa inversión, no es otra cosa que
una mención sutil al axioma de la filosofía hermética del siglo XVI, según la
cual: tal como es arriba es abajo. Así lo hice con” In /this way /as movement”,
pero con poca fortuna. Los cuados me pedían estabilidad, horizontalidad. Entonces recordé una sentencia, no menos
hermética de Dogen que me regresó a la realidad: “el camino está debajo de tus
pies”.
GALERIA JUANA DE AIZPURU
Noviembre 2017
La Galerista Juana de Aizpuru lleva muchos años en contacto con artistas, críticos, profesores,coleccionistas y curators. Su opinión autorizada coincide con la mia: "En seguida comprendí que los únicos que saben de arte son los artistas, los teóricos saben sobre el arte, no de arte".
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